-Taehyung, ¿estás tomándote la medicación?-, el psiquiatra preguntó observando al chico de cabello azul.

Este asintió con la cabeza, alisando su falda y comenzando a jugar con los extremos de las mangas de su suéter.

-Jungkook siempre se asegura de que lo haga. Él lo hace todo mejor, de una u otra forma, siempre encuentra la forma de hacer que ellas se callen.- Sonrió levemente, dirigiendo su mirada hacia el rubio a su derecha.

Jungkook le devolvió la sonrisa y tomó su mano.

-Últimamente, han empeorado, ya sabe, las voces.- El de ojos negros habló, tomando postura seria. -Están allí todo el tiempo y están siendo agresivas.-

-¿Agresivas en qué sentido?- El doctor inquirió.

-Le dicen que se haga daño, que todo sería mejor si estuviera muerto.-Cerró los ojos con fuerza, recordando las tres crisis que su niño había tenido esa semana.

Cuando los abrió, notó como Taehyung se encogía en su asiento.

-¿Es eso cierto?- Se acomodó los lentes sobre el tabique de su nariz y volvió a fijar su mirada en el teñido.

-Sí.-